Agricultura convencional
La Agricultura convencional es la más reconocida y aplicada en el mundo. Esta basada en la continua explotación de los recursos del suelo y de las plantas, forzando su productividad al máximo y acelerando los periodos de crecimiento y los ciclos vegetativos, empleando una amplia variedad de abonos químicos y contaminando las tierras de cultivo.
Este mecanismo de producción alteran la constitución natural de las plantas y hace que crezcan mucho más rápido de lo apropiado. Además, generan un desarrollo desequilibrado, por lo que frecuentemente se enferman, crecen débiles y culminan cómo pasto de plagas (que se combaten con otro arsenal de productos químicos, fitosanitarios o plaguicidas). Adicional a ello, recurren a la reducción de la mano de obra para disminuir los costes de producción, usando continuamente herbicidas para el control de las malas hierbas, hecho que aumenta la contaminación del suelo y de las plantas.
El resultado ya lo podemos predecir, un gran volumen de producción de vegetales de baja calidad que nos aportan pocos nutrientes, sumado a un deterioro constante de las tierras de cultivo y un incremento de químicos en ellas.
Además, este tipo de agricultura no mantiene la diversidad genética del sistema agrario, optan por especies con mejor apariencia basando el comercio de frutas y verduras en un mercado meramente visual y no nutritivo o saludable. Por ello, las publicidades nos han acostumbrado a ver tomates perfectamente rojos, redondos y sin agujeros; zanahorias totalmente naranjas, y así podríamos desglosar una larga lista de vegetales y frutas «modelos».
Un post muy interesante. Gracias por la información. Un cordial saludo.
Muchas gracias Julieta! Saludos